jueves, 2 de septiembre de 2010

El Buscón


Aunque sí es verdad que El Buscón es mucho más difícil leer que el Lazarillo (especialmente sin una edición inglés completa), me gusta más el Buscón y ojalá que un día podría leerlo en todo con un análisis más agudo. La edición por Tom Lathrop con las notas a pie de página en íngles me ayudó mucho y a causa de esta edición disfruta del Buscón porque la edición español que me prestó la biblioteca no tiene ninguna nota, entonces no podía entender "los juegos del lenguaje" sin la edición por Lathrop. Fue este lenguaje ingenioso que me fascina del Buscón porque todas las palabras que a primera vista parecen inocentes están llenas de sentidos escondidos.

Primero quiero apuntar la manera en que Quevedo habla de lo sexual en los primeros capítulos. Desde el segundo párrafo tenemos un ejemplo de esto doble sentido con los copleros que "hacían cosas sobre ella [la madre de Pablos]." En un sentido estos copleros pueden simplemente escribir poemas que tratan de ella pero en otro sentido los copleros pueden hacer cosas encima de ella, o sean las relaciones sexuales. El lector se da cuenta también de la semejanza entre copleros y copular  que añade a esta idea. Poco después Quevedo regresa otra vez  al sexo cuando describe la vida sexual de Aldonza como un juego de cartas. En esta imagen tenemos la mamá como prostituta que toma el dinero de los hombres por el sexo pero Quevedo nos relaciona esta idea en términos del juego y por el juego también puede tomar el dinero de los hombres. Esta yuxtaposición del juego con el sexo se solidifica el mensaje que Quevedo trata y al mismo tiempo añade un sentido más vulgar porque habla de la prostitución como si fuera un juego o cosa de menor importancia.

Otra escena con lenguaje maravilloso para mi es con Pablos y su caballo porque las descripciones y imágenes que usa Quevedo en esta escena son tan buenas. El caballo es "ético y mustio,...[que] iba haciendo reverencias" que parece como "un cofre vivo" porque "demostraba abstinencia...y echábansele de ver las penitencias y ayunas." Al mismo tiempo que anda en un caballo tan pobre, Pablos todavía se viste en gala con pluma y "dando vuelcos a un lado y otro como fariseo en paso." Aquí tenemos el caballo que casi no puede caminar por el hambre y arriba el joven Pablos que se siente como rey. Si eso no fue suficiente, la escena termina con Pablos cubierto en privada y su caballo "se le desgajaron las ancas, y se quedó en el lodo bien cerca de acabar." Con estas descripciones me recuerdo el debate de Adriana: ¿reír o llorar?

Finalmente quiero resaltar dos frases que a mi me gusta mucho porque creo que son tan divertidas o agudos por parte de Quevedo. La primera es la descripción de la edad del caballo como "no le faltaba para cerrar sino los ojos" porque cuando un caballo es adulto tiene todos sus dientes y se llama "cerrado" pero este caballo es tan viejo que no sólo tiene todos los dientes pero la única cosa que le queda en la vida es cerrar los ojos y morir. Este cambio de una idea común a una única me parece muy ingenioso y bien hecho. La otra frase que me gusta mucho está al fin del segundo capítulo cuando Pablos dice "no había menester más ir a la escuela porque, aunque no sabía bien escribir, para mi intento de ser caballero lo que se requería era escribir mal." Esta frase me parece muy gracioso y otra vez aguda por parte de Quevedo porque en ella puede bromear a los caballeros al mismo tiempo que puede poner en la boca del niño una idea común de la época en una manera de decirlo que me parece muy infantil.

4 comentarios:

  1. Es sorprendente, Andrew, que alguien que tiene solo un conocimiento relativamente básico del español pueda apreciar tan bien el ingenio verbal de Quevedo. Imagínate, así son todos los párrafos de la novela. Es una fuente inagotable de fireworks verbales.
    De hecho, tengo la sensación, muy personal, de que el inglés es un idioma excelente para la comunicación práctica(admiro mucho su riqueza léxica, su sintaxis eficaz). Pero el español es un idioma maravilloso para el ingenio, para la expresividad. Y esos espacios se han ganado, entre otros por escritores como Quevedo.
    Gracias por tu interés en una materia tan complicada, seguramente, para un extranjero.

    Sergio
    http://siglosdeoroudla.blogspot.com/

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  2. Me dejo pensando esa misma frase de Quevedo. La última que mencionaste Andrew. Pero creo que no sólo es satirizar el estilo de escritura de los caballeros, sino que es un decir: no hace falta que escriba bien, mientras pueda probar que no le hace falta escribir bien, es decir que sea aristócrata. El poder del estatus nuevamente.

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  3. Es el juego de palabras lo que más llama la atención en el buscón, definitivamente. Pero ser capaz de descifrar todo lo que quieren decir es una tarea homérica. Yo creo que la frase que tanto llama la atención "no había menester más ir a la escuela porque, aunque no sabía bien escribir, para mi intento de ser caballero lo que se requería era escribir mal" también puede ser leída como una burla al pensamiento retórico que pensaban que para escribir bien debes ser una buena persona, es decir que tu habilidad de escribir era un reflejo de tu moralidad. Para la literatura anterior al género de la picaresca el caballero era el ideal de hombre, y aún sigue presente... el sueño de toda mujer es encontrar a un hombre que sea todo un caballero. Y si tomamos en cuenta que durante el renacimiento (época en la que se escribe el buscón) toma las raíces de los clásicos grecoromanos me gusta pensar que esa frase es una mofa más de Quevedo.

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  4. Comparto tu gusto por los juegos de palabras. Quevedo es un maestro para ellos. El otro día alguien me dijo que los méxicanos pecamos al decir que sólo en méxico existe el albur y que sólo nosotros lo entendemos. Hoy mas que nunca me doy cuenta que no es verdad. Si pecamos.
    Andrea R

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