martes, 28 de septiembre de 2010

La burlesca de Don Diego Hurtado de Mendoza


Algo que contrasta mucho con los sonetos amorosos y dolorosos de Garcilaso es la poesía de Don Diego Hurtado de Mendoza. Don Diego también fue poeta soldado y aristócrata pero Mendoza no sufrió los mismos golpes de amor que sufrió Garcilaso y por eso su poesía no está llena de la soledad y tristeza de un amante con corazón rota.

Para entrar en la poesía de Mendoza es muy importante explicar un estilo de la poesía que se llama la poesía burlesca. Sobre todo la poesía burlesca tiene la risa como propósito. Se ejecutan esta meta por muchas maneras pero unas son muy comunes y que son características de toda la poesía burlesca. Según López Pinciano "lo ridículo está en lo feo"[1] y en este sentido los poetas burlescos del siglo XVI invirtieron muchos aspectos comunes de la poesía para hacer "lo feo." Por ejemplo muchas veces los poetas burlescos escriben de los héroes, las personas más famosas, los sentimientos como el amor y la lealtad, y también de la mujer y la belleza en una manera que imita los sonetos clásicos pero el mensaje del poema está revuelto y con un bajo sentido de honor. Los poetas pueden hacer esto con de los sujetos del poema, con el estilo, con la rima, y con las técnicas literarias. En las palabras de Rodrigo Casal la poesía burlesca "se sirve sobre todo de la representación de contextos degradados y de personajes grotescos, de palabras malsonantes, de metáforas eróticas y de dobles sentidos."1

En respecto específica a Mendoza, José Fernández dice que su poesía burlesca contiene una "desmitificación de los dioses grecolatinos en general...desmitificación de ideas renacentistas sobre filosofía, tópicas petraquistas y su lenguaje...defensa de objetos, animales, o seres tradicionalmente vejados...chistes y anécdotas en verso."[2] Un ejemplo de esta desmitificación, específicamente con referencia a las mujeres y mitos griegos, se encuentra en su soneto 4 que empieza "En la fuente más clara y apartada." En este soneto habla de "una hermosa ninfa" pero la describe así:
           
                        Estaba sin cabello, coronada
            de verde yedra y arrayán mezclado,
            en traje extraño y lengua desusada
            dando y quitando leyes a su grado.

Luego en el poema Mendoza dice que la ninfa en realidad es doña Marina y esto añade al burla porque está comparando una ninfa extraña a una mujer mortal, es decir, una cosa muy elevada en la sociedad griega con una cosa muy común.

Cosa muy importante en la poesía de Mendoza es en sentido que crea en el lector porque muchas veces según el poema está escrito con un tono serio pero al lector le parece muy extraño el poema y frecuentemente este produce la risa. Un ejemplo claro de eso es el poema A la zanahoria:

                        Que cierto es una fruta muy probada,
            o raíz, por hablar más propiamente,
            dulce, tiesta, rolliza y prolongada.
                        Pareceros ha fría y es caliente,
            tiene un gusto suave y cordial
            para entretenimiento de la gente.
                        Vianda de Cuaresma y de Carnal,
            buena cruda, cocida, asada y frita,
            buena en caliente y frío temporal.
                        Ni cascara, ni hueso, ni pepita,
            ni tiene que al mascar os haga empacho;
            toda podéis comella a espuela hita.


Según Fernández "la originalidad de Mendoza está en haber dedicado todo el extenso poema a un equívoco evidente."2 Todo el poema está dedicado a una zanahoria. Mientras otros poetas de esta época elevan mujeres y dioses en sus obras aquí Mendoza está elevando una zanahoria, un vegetal sencillo y común. No es una mujer bella que no se puede encontrar en cualquier otro lugar sino que es una zanahoria y realmente no hay nada especial de una zanahoria. Más que todo eso hay un doble sentido transparente por todo el poema que la zanahoria es una cosa fálico. Puede ser vegetal pero también puede representar algo diferente con un sentido muy sexual, muy grosero. Cuando el lector se da cuenta de esto el poema se convierte en algo muy gracioso, especialmente en versos como "tiene un gusto suave y cordial/para entretenimiento de la gente" y "buena cruda, cocida, asada y frita,/buena en caliente y frío temporal." A la zanahoria le presenta al lector con un sujeto muy extraño para un poema renacentista, muchos dobles sentidos, y un mensaje inocente que en el lector no es inocente de ningún modo y por eso es un ejemplo perfecto de la poesía burlesca de Mendoza.

Para añadir mi propia voz a Mendoza me gustaría hacer una comparación entre la poesía burlesca y la prosa picaresca. A mi me interesa mucho la hipótesis de que Mendoza fue escritor del Lazarillo porque creo que su estilo de poesía y el estilo del Lazarillo son muy parecidos. Ambos se rompen del estilo común de la época y tratan de un mensaje más realista y menos idealizado. Los dos utilizan objetos más comunes y más disponibles a la mayoría en vez de objetos fantásticos o raros. Además, ambos estilos tratan de desmitificar todo lo místico de otras obras contemporáneas. Aunque la poesía burlesca y la prosa picaresca hacen cosas similares, sin embargo sus propósitos son diferentes y en eso se radica la mayor diferencia entre ellos. La novela picaresca crea una vista "desde abajo" de la sociedad y los diferentes tipos que existían en ella mientras la poesía burlesca hace sus críticas para reír de ellas. Por eso la novela picaresca es más confiable que la poesía burlesca porque la poesía burlesca se preocupa más por las bromas y menos por el realismo que está en la novela picaresca. Para relacionar la poesía burlesca y la prosa picaresca a la sociedad griega, "al primero corresponde la comedia y al segunda la tragedia."1


[1] http://cvc.cervantes.es/literatura/criticon/PDF/100/100_009.pdf
[2] http://books.google.com.mx/books?id=F_hhsj3Ek_sC&pg=PA74&lpg=PA74&dq=poesia+burlesca+mendoza&source=bl&ots=5rPUbZnmyU&sig=IzeDvDyi_0NkBcxyKMtSC4uTUJ0&hl=es&ei=62qhTN3dMsKBlAeOlJS2BA&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CBQQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false

jueves, 9 de septiembre de 2010

Q.E.P.D.


Elogio a mi primer amo.
La última vez que le vi al viejo ciego lo dejé casi muerte a causa de mi propio engaño. Cuando estaba con el ciego me maltrataba, me hacía burlas, y me moría de hambre. Odiaba al ciego. Estábamos en una lucha de ingenio y por mi parte estaba listo para hacer cualquiera cosa que era necesaria para ganar. Cada vez que él me descubrió en un engaño tenía que volver al principio y crear otro engaño para sacar todo lo que pudiera del ciego. Éramos iguales en este sentido de ingenio, y él lo sabía porque me dijo que soy inteligente. En ese tiempo creía que la única forma de inteligencia y sabiduría es este tipo de ingenio pero como veo ahora tendría mucho que aprender. Que interesante esta manera de usar "ver" para significar "entender" porque mi querido ciego no podía ver nada pero podía entender mucho. Quien hubiera pensado que yo sería el guía físico de el guía metafórico de mi niñez. Es muy irónico, no sé quien era más ciego yo o mi amo. Yo tenía ojos, pero él tenía sabiduría y conocimiento. Yo podía andar por la tierra pero él podía andar por la vida. Cuando considero el tiempo en que estaba con el ciego no sé quien sería más perdido si nos hubiera separado, el ciego en el mundo físico y duro o yo en la sociedad aún más dura. No quiero saber todo lo que me pudiera pasado si estaba sólo y sin la ayuda del ciego en mi niñez. Es más probable que me cayera en delincuente y tuviera que hacer cosas negras para ganar la vida. Pero dejo de esto corriente de pensamientos porque estaba con el ciego y aprendí mucho de él antes del momento en que lo dejé con mi maldad. Ahora debo todo lo que soy y todo lo que tengo al ciego. Mis padres, sea lo que sean, no me enseñaron mucho. Aprendí todo lo que me lleva hasta este día del ciego, aunque en una manera extraña y a veces cruel. Cuando estaba con el ciego creía que mi vida era horrible y no había ninguna otra persona más indiferente pero aprendí con mis siguientes amos que mi vida puede ser mucho más difícil. Eventualmente cuando estaba con otro amo que no tiene nada fue lo que aprendí del ciego que me permitió sobrevivir y el amo también. Estas herramientas que me dio el ciego me llevan por la vida hasta que me tropecé con la buena suerte y ahora estoy más bien que nunca. Entonces el ciego no era perfecto, y ni soy yo, pero era exactamente lo que necesitaba. Por lo tanto que en paz descanse.
Lázaro de Tormes, pregonero de Toledo

La prosa renacentista


En los Siglos de Oro la literatura española alcanzó un nivel tan fino, tan profundo, y tan prolífico que guiaba toda la literatura que vino después, no sino de España pero de Europeo entero también, y que todavía domina el mundo literario. De hecho, la literatura de los Siglos de Oro fue tan fundamental en España que es el modelo de la lengua castellano aún hoy.[1] Los Siglos de Oro son esencialmente los siglos XVI y XVII en un tiempo muy importante en España y en el mundo porque es la transición entre la Edad Media y el Renacimiento. Esta transición se marca en la literatura de la época tanto en el cambio de lenguaje y estilo como en el cambio de temas comunes y formas literarias. Muchas técnicas literarias se formaron y se perfeccionaron en los Siglos de Oro, como el calambur por Quevedo o el hipérbaton por Góngora. Con el Renacimiento vienen los humanistas que además de fueron influencias a la literatura fueron escritores literarios mismos como en el caso de Bartolomé de Las Casas que defendió a los indígenas en el Nuevo Mundo. Otro humanista bien importante en esta época es Erasmo quien apoyaba una religión más sencilla y basada en la caridad. También criticó los clérigos por la hipocresía y esto va a aparecer mucho en la prosa de los Siglo de Oro.[2]
Una obra clave de la transición entre la Edad Media y el Renacimiento es La Celestina, en la cual están al mismo tiempo ideologías de ambos movimientos literarios. En La Celestina existe el amor cortés del caballeresco entre Melibea y Calisto pero también hay elementos más populares y vulgares como una celestina como personaje principal. En un diálogo entre Calisto y su criado Sempronio aparece el contraste entre el humanismo y las caballerías cuando Calisto dice que no puede vivir sin Melibea, que ella es su dios y sólo ella mientras Sempronio trata de calmarle y restablecer la razón en la vida de Calisto. Sin embargo el amor de Calisto continua con Melibea y aunque al principio parece como el amor cortés se vuelve en algo completamente diferente. El texto puede ser divido en cuatro niveles del divino, el humano, el natural no humano, y el infierno. La relación entre Melibea y Calisto empieza a nivel divino como todo el amor literario de la Edad Media pero desenvuelve durante la trama a un amor completamente físico y sexual en nivel natural con todos los animales.[3] Este cambio del amor simboliza perfectamente La Celestina en la literatura Española porque empieza en la Edad Media pero al fin termina con los pies en estilo renacentista.
Los Siglos de Oro abarcan un tiempo muy importante para España como poder mundial, tanto en Europa como en América. En esta época existían gran contradicciones entre la presencia de la corona española en la historia del mundo y la realidad de las ciudades. En el siglo XVI apareció un librito que demuestra estas contradicciones perfectamente y que también empezó un nuevo género literario- la novela picaresca Lazarillo de Tormes. La novela picaresca como género tiene como personaje principal un pícaro que viaje por paisajes variados mientras está tratando de mejorar su estatus. En este sentido la novela picaresca es el opuesto de la novela caballeresca de la Edad Media. En lugar de caballero hay un pícaro. En lugar de paisajes mágicos y lleno de fantasía hay ciudades reales con gente comunes y problemas realistas. En lugar de una batalla con dragones y la salvación de una mujer hay un fin alegre si hay pan para comer. En lugar de la literatura de la Edad Media hay la del Renacimiento.
El Lazarillo de Tormes critica mucho de la sociedad española del siglo XVI y también muestra la realidad como era en esta época. Es decir, El Lazarillo muestra la vida auténtica. Mientras la literatura realista hoy en día es popular en el siglo XVI fue revolucionaria. Por eso el ascenso social del Lazarillo desde un huérfano hasta pregonero en Toledo ha estimulado mucho crítico, uno que se llama Alberto Martino. Martino propone que el ascenso de Lazarillo destruye el cuerpo místico de todos los cristianos porque destruye la harmonía y statu quo de la sociedad. A causa de este rompe del orden establecido, junto con su crítica de la iglesia y su hipócritas, se prohibió El Lazarillo durante el Contrarreforma del Felipe II con muchos otras obras renacentistas incluso el Erasmo.[4]
Es bien interesante que la otra novel picaresca famosa de los Siglos de Oro (del siglo XVII)- El Buscón por Quevedo- comparte esta misma idea con Martino. En el Buscón el personaje Pablos quiere ser caballero pero cualquiera vez que trata de hacerlo se va de mal en peor. Al fin Pablos se convierte en un delincuente que roba y mata para sobrevivir. Esta diferencia entre las novelas picarescas radica en los diferentes autores y sus ideologías. Es probable que el autor del Lazarillo, quien se queda anónimo, es humanista de las universidades porque sabe mucho de la lengua española pero también cree que un pícaro puede mejorar su estatus. Al otro lado está el aristócrata Quevedo quien bien resume sus pensamientos el la última frase del Buscón "nunca mejora de estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres." Entonces, ¿por qué quería Quevedo de escribir una novela pícaro si no cree en el triunfo del pícaro? Tal vez porque quería mandarle a la gente común un mensaje al contrario del Lazarillo y el Guzmán (otra novel picaresca en que el pícaro mejora su estatus cuando empieza a ser buen cristiano) o tal vez Quevedo simplemente quería experimentar en la prosa con los infinitos ingenios que están en el Buscón. Su razón como sea, lo que nos queda claro de estos dos libros es que aún los Siglos de Oro son un tiempo de gran cambio entre las clases sociales y la sociedad en general.

[1] http://www.spanisharts.com/books/literature/prosigloro.htm
[2] http://www.spanisharts.com/books/literature/erasmismo.htm
[3] http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=60253203&iCveNum=4556
[4] http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=60250118&iCveNum=3543

jueves, 2 de septiembre de 2010

El Buscón


Aunque sí es verdad que El Buscón es mucho más difícil leer que el Lazarillo (especialmente sin una edición inglés completa), me gusta más el Buscón y ojalá que un día podría leerlo en todo con un análisis más agudo. La edición por Tom Lathrop con las notas a pie de página en íngles me ayudó mucho y a causa de esta edición disfruta del Buscón porque la edición español que me prestó la biblioteca no tiene ninguna nota, entonces no podía entender "los juegos del lenguaje" sin la edición por Lathrop. Fue este lenguaje ingenioso que me fascina del Buscón porque todas las palabras que a primera vista parecen inocentes están llenas de sentidos escondidos.

Primero quiero apuntar la manera en que Quevedo habla de lo sexual en los primeros capítulos. Desde el segundo párrafo tenemos un ejemplo de esto doble sentido con los copleros que "hacían cosas sobre ella [la madre de Pablos]." En un sentido estos copleros pueden simplemente escribir poemas que tratan de ella pero en otro sentido los copleros pueden hacer cosas encima de ella, o sean las relaciones sexuales. El lector se da cuenta también de la semejanza entre copleros y copular  que añade a esta idea. Poco después Quevedo regresa otra vez  al sexo cuando describe la vida sexual de Aldonza como un juego de cartas. En esta imagen tenemos la mamá como prostituta que toma el dinero de los hombres por el sexo pero Quevedo nos relaciona esta idea en términos del juego y por el juego también puede tomar el dinero de los hombres. Esta yuxtaposición del juego con el sexo se solidifica el mensaje que Quevedo trata y al mismo tiempo añade un sentido más vulgar porque habla de la prostitución como si fuera un juego o cosa de menor importancia.

Otra escena con lenguaje maravilloso para mi es con Pablos y su caballo porque las descripciones y imágenes que usa Quevedo en esta escena son tan buenas. El caballo es "ético y mustio,...[que] iba haciendo reverencias" que parece como "un cofre vivo" porque "demostraba abstinencia...y echábansele de ver las penitencias y ayunas." Al mismo tiempo que anda en un caballo tan pobre, Pablos todavía se viste en gala con pluma y "dando vuelcos a un lado y otro como fariseo en paso." Aquí tenemos el caballo que casi no puede caminar por el hambre y arriba el joven Pablos que se siente como rey. Si eso no fue suficiente, la escena termina con Pablos cubierto en privada y su caballo "se le desgajaron las ancas, y se quedó en el lodo bien cerca de acabar." Con estas descripciones me recuerdo el debate de Adriana: ¿reír o llorar?

Finalmente quiero resaltar dos frases que a mi me gusta mucho porque creo que son tan divertidas o agudos por parte de Quevedo. La primera es la descripción de la edad del caballo como "no le faltaba para cerrar sino los ojos" porque cuando un caballo es adulto tiene todos sus dientes y se llama "cerrado" pero este caballo es tan viejo que no sólo tiene todos los dientes pero la única cosa que le queda en la vida es cerrar los ojos y morir. Este cambio de una idea común a una única me parece muy ingenioso y bien hecho. La otra frase que me gusta mucho está al fin del segundo capítulo cuando Pablos dice "no había menester más ir a la escuela porque, aunque no sabía bien escribir, para mi intento de ser caballero lo que se requería era escribir mal." Esta frase me parece muy gracioso y otra vez aguda por parte de Quevedo porque en ella puede bromear a los caballeros al mismo tiempo que puede poner en la boca del niño una idea común de la época en una manera de decirlo que me parece muy infantil.